Audenis (Parte 1)
20 de marzo de 2017
Cuando y cómo empezó todo
Cada espacio de la tienda Audenis te transporta hacia una dimensión diferente. Estar dentro del local, no sabemos por qué, te da una serenidad especial. Cuando entras, diferentes instrumentos y un parqué impoluto te dan una bienvenida elegante. No oyes la calle. Sólo ves instrumentos e intuyes su música. Avanzando, el número de pianos aumenta. Llegas al taller del lutier, te giras, más pianos. Entras en la siguiente sala y ves más pianos por todas partes, blancos y negros, impolutos. Y, al fondo, un piano antiguo, con las teclas amarillentas y con dos nombres en su madera marrón oscura: “Tubau Hermanos”. Dónde empezó todo.
“Este establecimiento se abrió exactamente el día en que nací yo. La tienda nace de la profesión de afinador de pianos, mi abuelo lo fue, mi padre también, yo lo soy y mi hijo lo es. Mi abuelo, Pere Audenis, a finales del S.XIX trabajaba en una de las 14 fábricas de pianos de Barcelona, la Chassaigne & Frères, y mi padre continuó con el oficio pero trabajando en diferentes casas: se formó en Bilbao también como organista y hacía pianos, harmonios y órganos.”
El Sr. Audenis
El Sr. Audenis es un hombre elegante, de ojos azul claro, que me recibe educadamente y enseguida me trata como si nos conociéramos de antes. Me enseña la tienda, de la que conoce cada rincón porque la ha pensado y hecho él. En esta tienda se encuentran la mayoría de instantes de su vida, y recuerda el pasado con una sonrisa de satisfacción.
Enseguida dispone dos banquetas de piano en las que nos sentamos y empieza a explicar su historia.
El principio de la historia
“Cuando mi padre se casó con mi madre, la casa Tubau cerró y los hijos no quisieron continuar, así que la querían vender. Mi padre quería coger la tienda de la calle Balmes 116, y el padre de mi madre se la compró. Mi madre se puso de parto, un parto complicado, y todo se paró porque tenía que nacer yo. Pero cuando mi madre me dio a luz, y tanto ella como yo estuvimos a salvo, la compra se realizó, con los pianos alquilados y la tienda. Mi padre se puso al frente del taller, era un desconocido, pero el nombre Tubau Hermanos le dio un poco de prestigio para ir progresando”.
Después llegó la guerra, en un momento en que su padre ya era mayor para ir al frente y el Sr. Audenis tenía 8 años. Su padre iba a las 4 de la mañana al mercado del Born a vender verduars y por las tardes trabajaba en la tienda.
Seguir adelante
“Después de la guerra, mi padre se rehízo muchísimo y empezó a hacer harmonios que vendía en las iglesias, que en esa época estaban destrozadas. Después empezó a hacer pianos y cuando yo tenía vacaciones me hacía hacer máquinas para construir pianos. Él hacía los pianos de arriba abajo! Y cuando estaba en este auge de trabajo y de éxito, el 10 de octubre de 1946, murió.”
El Sr. Audenis en ese momento tenía 18 años, había acabado el bachillerato, estaba matriculado en ingeniería industrial y en medio de mi carrera de piano. I eso cayó como una bomba. Decidió que lo dejaba todo y se puso a dirigir la tienda. Su padre tenía muy buenos amigos en el oficio, sobretodo un señor, Jaume Sanfeliu, afinador de la antigua casa Estela y Bernareggi, que le dijo que si quería aprender el oficio, él le enseñaba. Le daba trabajo tres días a la semana para que aprendiera a afinar y luego él le corregía sus cosas desinteresadamente. Todo por amor a su padre.
“Empecé con algunos trabajitos, acabé la carrera de piano, hice la carrera de perito industrial, y me lo pasé muy bien! En la tienda de Balmes hacíamos reuniones y conciertos y fue una gran época.”
En el próximo artículo (que publicaremos a mediados de semana) hablaremos de la experiencia del Sr. Audenis al frente de la tienda y del apoyo incondicional de su familia en esta aventura.