Cafè del Centre

El Cafè del Centre es el más antiguo que todavía permanece abierto en el barrio del Eixample de Barcelona, y gran parte del mérito de la supervivencia de este local la tiene el incansable Agustí Bel, que estuvo más de sesenta años detrás del mostrador con el ánimo de proteger todo el legado que heredó, y que, al traspasarlo, antepuso la continuidad del negocio tal y como él lo había concebido por ante grandes ofertas que querían hacerlo todo nuevo.

El Cafè del Centre subió la persiana en 1873 de la mano del abuelo de Agustí, y lo hizo como Casino de juego, a pesar de que ya disponía de una pequeña barra. Con la dictadura de Primo de Rivera y la prohibición del juego, el casino se reconvirtió en café, a pesar de que el altillo de madera que encontramos al final de local continuaba acogiendo alguna que otra timba.

De esta época todavía conservamos hoy en día algún elemento, como una tabla de mármol poliédrica con una ranura que utilizaba el crupier para guardar las fichas en el juego del bacará.

Los años de la Guerra Civil y los primeros de posguerra fueron los momentos más duros del establecimiento, pero su vinculación con la gente del barrio permitió tejer una red clientelista fiel que nunca dejó morir el Cafè del Centre. Y es que la vinculación con el barrio y con sus vecinos ha sido uno de los ejes principales del funcionamiento del Cafè del Centre.

Estos años malos dejaron paso a una esplendorosa época a partir de los 60, cuando se convirtió en uno de los locales de moda, sobre todo entre una élite política y cultural del antifranquismo que buscaba espacios donde encontrarse. Personalidades como Montserrat Roig, Tete Montoliu, Pascual Maragall o Salvador Puig Antich, detenido a escasos metros del Café del Centro, fueron algunas de las habituales en las tertulias alrededor de la tabla de bacará.

El año 2021 la familia Bel decide traspasar el negocio familiar y, todo y varias ofertas de macrogrupos dispuestos a poner mucho dinero sobre la mesa, deciden hacerlo a Grupo Confiteria a sabiendas de que mantendrían el espíritu y el patrimonio del Cafè del Centre.

Efectivamente, y después de 6 meses de obras, Grup Confiteria ha mantenido todos los elementos originales que acompañaron el establecimiento durante tantas décadas; las mesas de mármol, el largo banco de punta a punta con realzamientos de decoración floral modernista, los suelos arlequinados, los espejos, la caja registradora, e incluso varias obras de gran formato del pintor catalán Martí Teixidor.

Por sorpresa de muchos, durante las obras de rehabilitación, se descubrió el color original de las columnas y las puertas, que hoy vuelven a lucir un verde Burdeos.

Siendo coherentes con el local, el Cafè del Centre es hoy un bar de barrio con una cocina muy parecida a la del Betlem, un establecimiento de 1892 situado justo delante, ambas dirigidas por el chef Victor Ferrer, cerrando un círculo precioso de relaciones vecinales. Y es que el Betlem era un colmado de los de toda la vida regentado por la tieta de Victor Ferrer. Agustí iba a comprar, y ahora en Victor explota el local.

Y todas estas historias, vivencias y acontecimientos ocurridos al Cafè del Centre son las que desde Grup Confiteria nos enamoran y lo queremos reivindicar como patrimonio de la ciudad y de su gente antes de que se marchite como ha pasado con tantos otros locales. Entre todos tenemos que tener claro que la apuesta por los locales emblemáticos tiene que ir ligada de la conservación, tanto decorativa como de oferta.

Categoría:
Bar de tapas